¡El Kit Digital y la web de Schrödinger! (O cómo pagar por una web que ni es tuya ni la puedes usar)
¿Alguna vez has sentido que te han vendido una moto… pero sin ruedas, sin motor y sin manillar? Pues así se sienten muchos pequeños empresarios y autónomos tras confiar en ciertas empresas que, en vez de digitalizarlos, los han digitalizado… pero a la fuerza y con el freno de mano echado. Vamos a contarlo con humor, porque si no, ¡acabamos llorando!
El cuento del Kit Digital: paga, espera y reza
Imagina que recibes una subvención de 2.000 euros para tener tu flamante web. ¡Por fin vas a estar en internet como los grandes! Pero la historia real es más parecida a esto:
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Te cobran el IVA de los 2.000 euros (que, por cierto, sale de tu bolsillo, no del de la subvención).
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La web llega casi en el último minuto, después de meses de silencio administrativo.
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Cuando por fin te la entregan, descubres que está hecha con un framework tan simple que parece que lo programó tu primo de 12 años en la clase de tecnología.
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Eso sí, te han puesto 13 páginas… en 4 idiomas, ¡pero las traducciones las has hecho tú! (¿Dónde está el mérito?).
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Al año, te dicen que si quieres seguir usando tu web, toca pagar un mantenimiento mensual. Si no, te la dan en HTML, sin back-end, sin gestor, sin nada. Vamos, que te han dado la carcasa y se han quedado con el motor.
El gran truco: la web que no es tuya (te falta una pieza)
Aquí viene la parte más divertida (o trágica, según se mire): pides que te den tu web para subirla a tu hosting de Ionos, donde ya tienes otras dos webs funcionando. Pero la empresa te dice que solo te pasa los archivos en HTML, sin gestor, porque el sistema de administración es “propietario”. O sea, que tu web es como un escaparate de cartón piedra: la puedes mirar, pero no puedes entrar ni cambiar nada.
¿Y si hubieras invertido el IVA en un freelance?
La broma final: con el dinero que pagaste solo de IVA, podrías haber contratado a un programador freelance que te habría hecho una web en WordPress, descargable en un pendrive, lista para subir a cualquier hosting, sin cuotas mensuales ni ataduras. Y encima, podrías gestionarla tú mismo, cambiar textos, fotos, idiomas… ¡y hasta poner el fondo rosa chillón si te da la gana!
Tabla comparativa: Kit Digital “a la carta” vs. Web freelance
Concepto | Kit Digital “típico” | Web con freelance honesto |
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Entrega | Al límite del plazo | Cuando lo acuerdas |
Calidad del desarrollo | Framework básico, genérico | Personalizada, según tus gustos |
Gestión del sitio | “Sistema propio”, inaccesible | WordPress, fácil y portable |
Traducciones | Las haces tú | Las puedes encargar o gestionar |
Mantenimiento | Obligatorio y caro | Opcional o inexistente |
Propiedad de la web | “Te la dejamos mirar” | 100% tuya, la subes donde quieras |
Precio real | 2.000€ + IVA + mantenimiento | Lo que acuerdes, sin sorpresas |
¿Cómo evitar el “timo del siglo XXI”?
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Pide siempre que te especifiquen qué te van a entregar: archivos, acceso al gestor, posibilidad de migrar la web, etc.
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Si te dicen que el sistema es “propietario”, sal corriendo. ¡La web debe ser tuya y gestionable!
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Compara precios y servicios con freelancers. Muchas veces, por menos de lo que pagas solo en IVA, tienes una web mejor y sin cadenas.
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Desconfía de las prisas y de los plazos ajustados. La calidad lleva tiempo, pero tampoco es excusa para la desidia.
Conclusión humorística (pero seria)
El Kit Digital, bien usado, podría ser una gran oportunidad. Pero en manos de empresas que solo quieren el dinero fácil, es como pedir una pizza y que te entreguen la caja vacía… ¡y encima te cobren el extra de pepperoni!
El caso real
¿Has oído hablar del Kit Digital? Sí, ese invento que prometía digitalizarnos a todos y que, en la práctica, ha servido para que algunos listillos se forren a costa de los pequeños empresarios. Lo que te voy a contar no es una leyenda urbana: es la historia de un conocido (llamémosle Paco, porque siempre hay un Paco) que decidió lanzarse al mundo online con la ayuda de esta famosa subvención.
Paco, que no es tonto, pensó: “Con 2.000 euros me van a hacer una web que ni la de la NASA”. Pero la realidad fue más bien la de un capítulo de “Chapuzas a domicilio”. Para empezar, la empresa encargada le cobró el IVA aparte, como si el dinero creciera en los árboles. “Bueno, será por el papeleo”, pensó nuestro protagonista.
Los meses pasaron y la web no llegaba, para entonces ya empezaba a sospechar que algo olía raro. Cuando por fin apareció, fue justo antes de que se acabara el plazo, como el alumno que entrega el trabajo cinco minutos antes del cierre del Moodle. Pero lo mejor vino después: la web estaba hecha con un framework tan simple que parecía un trabajo de fin de curso de informática. Eso sí, tenía 13 páginas y estaba en cuatro idiomas, pero las traducciones las había hecho el propio Paco, tirando de amigos y empleados versados en esa materia para no hacer traducciones de Google Translate. El se esforzó en tener una buena web incluso les pasó imágenes.
Hasta aquí, uno podría pensar que, al menos, ya tiene su web. ¡Ja! Un año después, la empresa le dice que si quiere seguir usándola, toca pagar un mantenimiento mensual. Paco, que ya tiene más webs en Ionos que calcetines sin pareja en el cajón, pide que le den su web para subirla él mismo. ¿Y qué le mandan? Unos archivos HTML y carpetas con las fotos, sin gestor, sin back-end, sin nada. “El sistema de administración es nuestro, no lo podemos ceder”, le dicen. Vamos, que la web es suya… pero no puede tocarla. Como tener un coche sin volante ni llaves.
Aquí viene la guinda: si Paco hubiera invertido solo el dinero del IVA en un freelance de confianza, le habrían hecho una web en WordPress, lista para llevar en un pendrive y subir donde le diera la gana. Sin cuotas, sin amenazas y, sobre todo, sin sustos.
Así que, si te ofrecen una web “llave en mano” con el Kit Digital, revisa bien la cerradura. Porque igual la llave no abre nada, y te toca mirar tu web desde el escaparate, como el que mira jamón ibérico en la charcutería… pero solo puede olerlo, se que no es una comparación con una equivalencia justa pero no se me ocurría otra.
Si te ha pasado algo parecido, cuéntalo. Porque reírnos juntos de estas “digitalizaciones” es el primer paso para que no nos vuelvan a tomar el pelo. Y recuerda: tu web, como tu cepillo de dientes, ¡debe ser solo tuya y nadie más debe meterle mano!
Todo lo descrito aquí está basado en hechos que les han ocurrido a algunas personas y en esta web queremos poner en relevancia estos casos, para que otras personas tengan la posibilidad que otras no han tenido.
Si quieres una web funcional, actualizable y auto-gestionable por un precio justo no dudes en contactar con nosotros.
Si no sabes lo que es el kit digital y quieres más información puedes visitar esta publicación de Dinaweb.net: https://www.dinaweb.net/problemas-y-afectados-del-kit-digital/
Em sento totalment identificat amb aquest article perquè he patit exactament el mateix amb un lloc web.
Jo tenia un lloc web publicat, però era molt vell i estava obsolet.
Al oferir-me l’oportunitat de fer un nou lloc web amb el Kit Digital, vaig pensar que podia ser el moment de renovar-lo.
Vaig contactar amb una empresa digitalitzadora i va començar «el calvari»
Quan vaig tenir el web publicat al cap de molts mesos d’iniciar el projecte, vaig tenir un sentiment barrejat d’alleujament i insatisfacció. Vaig pensar que només amb el que havia pagat d’IVA n’hi podia haver hagut suficient per fer el que van fer a la empresa digitalitzadora que vaig contractar. Que aquell lloc web no costava 2.000 € ni molt menys. Vaig pensar que s’estaven aprofitant d’unes subvencions per oferir al client un servei /producte que no es corresponia amb el que costava realment i que trigaven molt més del que qualsevol empresa o freelance trigaria si contractessis els seus serveis, però com que allò era subvencionat, doncs a «passar per l’aro» i aguantar.
Però quan realment em vaig sentir estafat, va ser al cap de l’any quan em demanaven gairebé 30 € al mes per continuar tenint el lloc web publicat.
Com que no vaig voler continuar per no haver de pagar els gairebé 30 € al mes, em van dir que al cap d’un mes el web deixaria d’estar publicat i que em podien donar una còpia del contingut del web.
Vaig sol·licitar el contingut del web i em van enviar un arxiu d’11Mb fet amb un sistema propi de l’empresa digitalitzadora. El lloc web també estava penjat en una plataforma pròpia de l’empresa digitalitzadora. En resum: Que al cap de l’any no tenia ni web ni lloc on penjar-la després d’haver pagat 420 €, quan un any abans, encara que vell i obsolet, tenia un lloc web penjat que no em donava cap complicació.
Pel que veig no he estat l’únic que m’he sentit «estafat».
Diuen que de les errades se n’aprèn.